La ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, se reunió esta semana con familias de 15 cooperadoras escolares de escuelas públicas de gestión estatal, para dialogar sobre la situación de cada escuela y los proyectos que están llevando adelante. Conversaron también sobre cómo fortalecer el vínculo entre las familias y la escuela, sobre cómo se beneficiaron las cooperadoras a partir de la ley sancionada el año pasado y sobre cómo se pueden seguir generando estrategias para reforzar el rol de las cooperadoras.
Al cerrar el encuentro, la ministra de Educación porteña afirmó: “Durante la pandemia, las familias adquirieron un rol fundamental en la vuelta a la presencialidad. Hoy, en el Ministerio, todos los procesos de toma de decisiones y de diseño de políticas públicas tienen en consideración a las familias. Junto con los estudiantes y los docentes son el centro de nuestras decisiones”.
“La familia y la escuela son los pilares de la vida de los chicos. Y el rol de las familias es fundamental en la construcción del futuro. Acompañando a la escuela, enseñando, formando en valores desde casa”, concluyó.
El rol de las familias en la escuela
La participación de las familias en la educación de sus hijos y en su vida escolar es esencial para promover un aprendizaje exitoso, fortalecer la relación entre la familia y la escuela, brindar apoyo emocional y social, y transmitir valores y habilidades necesarios para el desarrollo de los niños. Al trabajar juntos, padres y educadores pueden crear un entorno educativo enriquecedor y propiciar el crecimiento y éxito de los estudiantes.
La participación de los padres en la educación de sus hijos está relacionada con un mejor rendimiento académico. Cuando los padres se involucran, muestran interés y apoyo en el proceso educativo, lo que puede motivar a los niños a esforzarse más y obtener mejores resultados en sus estudios. Además, cuando los padres participan activamente en la educación de sus hijos, demuestran un mayor compromiso con su desarrollo y bienestar. Esto crea un entorno propicio para el aprendizaje, donde los niños se sienten respaldados y valorados, lo que a su vez aumenta su motivación y disposición para participar en las actividades escolares.
La participación de los padres en la vida escolar permite establecer una comunicación más estrecha y efectiva entre la familia y la escuela. Esto facilita la colaboración entre padres, maestros y personal escolar para identificar y abordar las necesidades y preocupaciones de los estudiantes de manera conjunta. La colaboración entre todos los actores involucrados en la educación promueve un ambiente de trabajo en equipo y mejora la calidad del proceso educativo.
Asimismo, la participación de los padres en la vida escolar de sus hijos proporciona un apoyo emocional importante. Los niños se sienten más seguros y confiados cuando saben que sus padres están presentes y se preocupan por su educación. Además, la participación de los padres puede facilitar la creación de redes sociales entre las familias, lo que promueve la construcción de relaciones positivas y el desarrollo de una comunidad escolar sólida.
Los padres y la escuela desempeñan un papel fundamental en la transmisión de valores y habilidades a los niños. Al involucrarse en su educación, los padres pueden reforzar los valores familiares, inculcar el respeto, la responsabilidad y la ética, y fomentar el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y cognitivas. La participación de los padres no solo se limita al ámbito académico, sino que también abarca la formación integral de los niños.
Ley de cooperadoras escolares
La Legislatura porteña aprobó el 17 de noviembre de 2022 una ley que regula la actividad de las cooperadoras escolares en territorio porteño. Es la primera específica para la Ciudad de Buenos Aires y fue aprobada con 37 votos a favor, 22 en contra y una abstención.
Esta Ley fue el resultado de un gran trabajo entre integrantes de Cooperadoras Escolares, el Ministerio de Educación y Legisladores de Juntos por el Cambio. Surgió de un proceso constructivo donde participaron miembros de cooperadoras de todos los niveles y modalidades y equipos de conducción de las escuelas. Esta ley brinda un marco de reglas claras que fortalecen el rol de la cooperadora escolar y fomenta la participación de las familias en las escuelas de la Ciudad. A partir de su sanción las cooperadoras escolares contarán con herramientas para la jerarquización de su rol en las escuelas donde funcionan. Es la primera ley de cooperadoras escolares de la Ciudad y actualiza normativa que tenía una antigüedad de más de 40 años.