El nacimiento de mi hija, Lola

Lola nació por una cesárea programada, por suerte las dos estamos muy bien.

Soledad Acuña y Diego Kravetz

Soledad Acuña fue mamá de Lola

Esta semana fui mamá por tercera vez. Ayer di a luz a la primera hija de mi matrimonio con Diego Kravetz, Lola, que pesó 3,380 kilos y midió 50 centímetros. Es una chiquita hermosa de rulitos negros y paz inmensa. Llegamos temprano a la clínica junto con mi marido, quien presenció el parto. Diego y yo nos casamos en febrero de este año, y también somos padres de Santiago, de 13 años, y Tomás, de 2, que están muy contentos con la llegada de su nueva hermanita.

Diego está enamorado de su primera hija mujer, y compartió una foto en Instagram donde escribió: “Llegaste para alegrarme aún más los días junto a tus hermanos, para enseñarme. Para aprender que el amor es el mismo pero multiplicado. ¡Con tu mamá, Soledad, vamos a ser incondicionales para siempre! Qué hermosa sos Lola, ¡qué linda te va a quedar la de boquita! Te amo, Papá”.

A mediados de julio dimos a conocer la noticia de mi embarazo y generó especulaciones en el mundo político, porque ya estaba en conversaciones con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, para preparar mi precandidatura. Hace más de 25 años trabajo junto con Larreta, y en los últimos 7 me desempeñé como Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Durante mi gestión en Educación cursé dos embarazos, me parece increíble.

Cuando con Diego empezamos a pensar en buscar otro embarazo, lo compartimos con los chicos y fue una elección pensada y decidida en familia. Cuando quedé embarazada muchos me preguntaron: ¿justo ahora? Y la verdad que sí, justo ahora, precisamente porque esta es una de las discusiones que tenemos que seguir dando. Las mujeres podemos tener una vida profesional y una vida familiar compatible, el embarazo no nos pone en desigualdad respecto a los hombres. Es una forma también de dar señales: parece que estuviéramos seteadas para tener que relegar algo, o lo profesional o lo familiar, y no es así. Por eso para mí es importante demostrarlo y no solamente decir que es posible.

Me pasa mucho en la calle, en las reuniones que tengo con la gente, e incluso en el mismo Ministerio, que cuando hablo con mujeres, se acercan y verme con la panza les da esperanza. Las más jóvenes siempre me dicen: “te veo vos que sos ministra y que además estás otra vez embarazada, entonces yo creo que en algún momento voy a poder. Sos una inspiración para las mujeres que queremos ser madres y desarrollarnos en nuestras profesiones”.

Mamá, mujer y ministra

Creo que trabajar y ser mamá es compatible, aunque a veces se siente imposible, difícil y agotador. Soy mamá de dos varones, Santi y Toto que nació en plena pandemia, y ahora también de una pequeña mujercita, y la verdad es que si logré encontrar un equilibrio entre ser mamá y funcionaria fue gracias a la red de contención que tengo.

Mi marido, Diego, hace que ser mamá y ser ministra no sea tan difícil todo el tiempo. Él es un fuera de serie y como también trabaja en política comprende cada una de las dificultades y de los desafíos que implica ser mamá y ministra al mismo tiempo y, encima, durante una pandemia. Y siempre intentó sacarme mis presiones de encima al tiempo que aceptaba mis decisiones.

Y después como digo siempre, yo pude llegar a dónde estoy gracias al grupo de mujeres que me rodean y sostienen. Quienes trabajan en casa hace años, mis amigas mamás y las mujeres de mi familia. Todas ellas son mis compañeras y mi red de cuidado y sostén.

En mi libro “El día que ir a la escuela fue noticia” relato un poco como es el equilibrio de ser mujer, mamá y ministra. En marzo del 2020, cuando el Gobierno nacional decretaba un aislamiento social obligatorio, yo estaba iniciando mi licencia por maternidad: “Hubo un momento en el que sentí como nunca antes esa dualidad entre lo que vivía como mamá dentro de casa y las decisiones que tenía que tomar afuera como ministra. Veía cómo mi hijo mayor se iba apagando de a poco, a medida que pasaban los días sin salir de casa, sin ver a los amigos, sin ir a la escuela. En ese momento, entendí que las medidas que estábamos tomando como Gobierno no eran suficientes. Y con el paso de los meses nos dimos cuenta de que las primeras reacciones ante la emergencia tenían que dar paso a respuestas más integrales”.