Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, participó esta tarde del tercer encuentro “Experiencias en Argentina: políticas y prácticas” sobre la enseñanza de la lectoescritura. El evento se realizó en el auditorio de la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires y participaron también como expositores Isolda Calsina, exministra de Educación de Jujuy, y Jaime Correas, exministro de Educación de Mendoza.
Soledad Acuña, ministra de educación de la Ciudad de Buenos Aires, en el tercer encuentro “Experiencias en Argentina: políticas y prácticas” sobre la enseñanza de la lectoescritura.
La dinámica del encuentro
El encuentro contó con la presencia de docentes de la Universidad y docentes de distintas escuelas de la Ciudad. Fue moderado por el rector de la Universidad Mariano Palamidessi quien presentó una serie de interrogantes sobre la alfabetización de los estudiantes, los métodos de enseñanza y la formación docente para guiar las exposiciones.
Las palabras de Soledad Acuña
La ministra de Educación porteña comenzó agradeciendo la invitación al encuentro, y resaltó la importancia de la alfabetización que “es la base de todo conocimiento”.
“Saber leer y saber escribir son dos habilidades fundamentales para poder aprender todo lo que viene después. Aprender a leer resulta significativo y posibilita el acceso a los demás saberes, condicionando la posibilidad de desplegar trayectorias académicas sólidas que favorecen las posibilidades de inclusión para los niños y las niñas”, y agregó: “La escuela es el lugar privilegiado para garantizar el espacio, tiempo, textos, condiciones y compañía para el acto de la lectura”.
Además, Soledad Acuña remarcó que la experiencia en el aula revela que aprender a leer requiere un esfuerzo significativo por parte de los estudiantes, y que “por lo tanto, la intervención docente exige el uso de variadas estrategias de enseñanza explícitas y sistemáticas en una gran diversidad de contextos”.
La titular de la cartera educativa porteña recordó que este año también se presentaron desde la Ciudad los resultados de las evaluaciones del último año de primaria y tercero de secundaria, que “no eran buenos”.
Soledad Acuña resaltó la importancia de la evaluación anticipada: “La buena noticia es que gracias a que nunca dejamos de evaluar pudimos tener un diagnóstico anticipado, los números no nos tomaron por sorpresa. De hecho, tal como lo habíamos detectado, tanto en primaria como en secundaria bajó el desempeño en todo lo relacionado a prácticas del lenguaje”.
La ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires explicó que para poder abordar una situación crítica de esta dimensión es necesario un plan, y que “específicamente para esta problemática que detectamos, diseñamos e implementamos el Plan de Alfabetización que trabaja con los chicos del primer ciclo de primaria, entendiendo que son esos años en los que incorporan y fortalecen las habilidades de lectoescritura”.
La meta de este Plan de Alfabetización es que los estudiantes que promocionan a 4º grado sean competentes para la lectura y la escritura de acuerdo a la etapa de desarrollo escolar.
Las conclusiones de la ministra
“Leer en forma fluida debe ser un propósito de la escuela que se vincula con procesos asociados a la comprensión, lo que permite que las y los estudiantes desarrollen estrategias lectoras específicas y que esto les de la autonomía para armar su propio camino como lectores”, expresó Soledad Acuña.
Y concluyó: “Estos tiempos sin norte como el actual, en el que los textos viajan por distintos medios y a través de diferentes formatos, nos convocan a pensar esa escena de la lectura como un acto de transmisión cultural que tenemos que garantizar, más allá de la tecnología, de la velocidad con la que se den los cambios…siempre, siempre, tenemos que encontrar el espacio y el tiempo para enseñar a leer y a escribir. Para consolidar dos de los conocimientos que van a acompañarnos a lo largo de toda la vida y de los que dependerá todo aprendizaje futuro”.
Fluidez y comprensión lectora
La prueba de fluidez lectora es una evaluación que en este momento están realizando 10.000 chicos y chicas de escuelas públicas y privadas en cuarto grado. Es un diagnóstico que permite identificar si los niños tienen la lectura en el tiempo, la velocidad, la comprensión y el ritmo necesario en esta etapa de su escolaridad.
Aquellos chicos que no hayan alcanzado el nivel esperado para su edad empezarán un proceso de aceleración de sus instancias de aprendizaje de forma tal que puedan concluir cuarto grado con el nivel de lectura y comprensión adecuado.
Es un modelo inspirado en el trabajo que está realizando la provincia de Mendoza y que se está reformulando y trabajando junto con un grupo de investigadores del Conicet para que sea efectivo y para que realmente permita recuperar los saberes después de una etapa tan difícil como fue la pandemia.
¿Qué es la fluidez lectora y cómo se desarrolla?
La fluidez lectora es la habilidad de leer con rapidez, precisión y con la expresión apropiada. Los lectores fluidos comprenden lo que están leyendo.
Para desarrollar la fluidez lectora se necesita trabajar sobre dos aspectos, en primer lugar, la lectura repetida de textos, lo que permite decodificar palabras no conocidas, la expresión y la segmentación en frases adecuadas. Y en segundo lugar, la lectura en voz alta, ya que promueve la lectura independiente y el desarrollo de la entonación.