Soledad Acuña y Fernán Quirós visitaron una escuela para evaluar los avances del Programa de Fluidez Lectora

La ministra de Educación de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, junto con su par de Salud, Fernán Quirós, recorrieron la semana pasada la Escuela N° 13 DE 2 “República Islámica de Irán”, para ver los avances del programa de Fluidez Lectora que se está llevando adelante en las escuelas de la Ciudad.

Durante la recorrida, la ministra afirmó: “La evaluación y análisis del progreso de los estudiantes en el aula nos permite no solo tomar decisiones para mejorar, sino también proporcionarles las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial en un mundo cada vez más competitivo. La educación debe construirse sobre bases sólidas y políticas concretas para garantizar su éxito a largo plazo”.

Y agregó: “Antes de implementar políticas educativas efectivas, es fundamental conocer la situación actual de partida. En la Ciudad de Buenos Aires, se mantiene una constante evaluación para obtener este conocimiento, lo que permitió ser la primera jurisdicción en implementar un plan de recuperación de aprendizajes para remediar las pérdidas ocasionadas por la pandemia. A través de este programa, los estudiantes tendrán la oportunidad de practicar, entrenar y fortalecer sus habilidades de lectura y comprensión”.

Por su parte, el titular del Ministerio de Salud porteño aseguró: “Soledad Acuña y yo compartimos la convicción de que el ciudadano debe ser una prioridad a la hora de diseñar políticas públicas en la Ciudad. Desde nuestros respectivos ámbitos de acción, nos asesoramos y complementamos para garantizar dos derechos fundamentales para todos los vecinos: la salud y la educación”.

Programa de Fluidez Lectora

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está llevando a cabo un segundo censo de fluidez y comprensión lectora en el que participan 28.600 alumnos. El objetivo es evaluar la habilidad de lectura y comprensión de los niños de tercer grado, quienes deberían haber desarrollado estas habilidades al finalizar el primer ciclo de la educación primaria.

En 2022, el programa se realizó por primera vez en una muestra de escuelas públicas y privadas. Este año, se buscó ampliarlo y ahora se incluyen las 469 escuelas primarias estatales de la Ciudad, además de otros 126 colegios privados que se sumaron al examen.

El examen consta de dos partes. La primera consiste en presentar a los estudiantes textos narrativos con preguntas específicas para que lean y respondan. La segunda parte implica que los estudiantes lean en voz alta durante aproximadamente un minuto, a fin de evaluar su fluidez y calidad de lectura.

En la primera parte, se les proporciona a los estudiantes una serie de palabras que deben asociar con dibujos específicos, así como un breve texto que deben leer y responder emparejando consignas con flechas que se identifican en el texto.

La segunda parte de la prueba involucra la lectura en voz alta de un cuento breve seguida de preguntas de opción múltiple formuladas por el maestro. Estas preguntas evalúan tanto la comprensión de los estudiantes como su calidad de lectura, incluyendo la precisión, la entonación y el respeto por la puntuación y las pausas.

La cartera educativa ha establecido tres objetivos para el censo de fluidez lectora: brindar apoyo a los estudiantes de acuerdo a sus necesidades; identificar tempranamente a los estudiantes que necesiten más apoyo, como aquellos que aún no están alfabetizados o que se encuentran en proceso de alfabetización; y hacer un seguimiento del progreso de cada estudiante durante el año.

Anteriormente, durante el primer trimestre de 2021, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizó una encuesta de percepción docente para obtener información sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje. Según las respuestas obtenidas, se han identificado graves problemas de alfabetización en los primeros años de la escuela primaria.

Los docentes del primer ciclo de primaria informan que más del 20% de los niños en primer grado no pueden distinguir entre letras y otros trazos, y muchos de ellos incluso llegaron a la escuela sin saber cómo usar un lápiz o un cuaderno, habilidades que se esperan haber adquirido en el jardín de infantes, y sin saber cómo escribir sus propios nombres. Peor aún, después del cierre de las escuelas durante un año debido a la pandemia, más de la mitad de los estudiantes de segundo grado llegaron sin saber escribir, según los maestros. Además, el 35% de los estudiantes de tercer grado también tienen dificultades para escribir, según los informes de los docentes.